miércoles, 17 de noviembre de 2010

MI PRIMER CARA A CARA

De las pocas veces que he trabajado, no ha sido necesario acudir a ninguna entrevista para conseguirlo, por lo que mi experiencia es nula y por lo tanto, es obvio, que nunca me he enfrentado al temido primer cara a cara ante nuestro posible empleador.

Una vez enviada la petición para el puesto de trabajo solicitado, estaría pendiente en todo momento de si me han seleccionado.  Si la respuesta es positiva, una  vez me citen para la entrevista, empezaría a prepararme el currículum, estando pendiente de que estuviera completo y que sea el adecuado para esta oferta de empleo y haría una copia para el día de la cita por si fuera necesario, junto con los documentos acreditativos.  También procuraría investigar sobre la empresa, cuáles son sus objetivos, los servicios que prestan, cuál es su modo de trabajo, quiénes son sus clientes y que esperan de sus empleados. Para de esta forma, cuando llegue el momento de enfrentarme con el entrevistador, tener unos conocimientos básicos de cómo es la empresa y cuáles son sus pretensiones. Procuraría llegar unos quince minutos antes de la citación, ya que nunca se sabe lo que puede ocurrir, y como bien dice el texto y sabe todo el mundo, la primera impresión puede ser la última. En cuanto a la vestimenta, sería la adecuada a la situación; me pondría unos vaqueros con una camiseta informal junto con una americana negra y unos zapatos de tacón medio del mismo color, dando buen aspecto, pero sin estridencias.  

Llegado el momento de la entrevista, intentaría ir lo más serena posible, dejando de lado los nervios para no mostrar inseguridad, dando la sensación de que soy una persona prudente, accesible y comedida, escuchando con atención las preguntas que me formulen y contestar con toda claridad, demostrando interés e iniciativa por este puesto y que en todo momento vean mi predisposición y capacidad, además de las ganas y conocimientos para que sea un punto a mí favor y pueda ser considerada la idónea.

Al finalizar el encuentro, agradecería la llamada y manifestaría la satisfacción que me ha producido el haberme dado la oportunidad de expresarme y me despediría, interesándome cuando podré conocer la decisión que hayan tomado, de una manera natural.

En el caso de que fuera la elegida, me sentiría totalmente feliz porque así podré demostrar mi valía e interés y estoy segura, de que no defraudaría con el desarrollo de mi trabajo.

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