El descontento de los sindicatos con la reforma laboral, prometida por el Gobierno, llevó ayer, día 29 de Septiembre de 2010, a que se convocara una huelga general de mano de los mayoritarios CC.OO y UGT. Esta reforma abarata el despido y permite la precariedad laboral, en un claro posicionamiento, a favor del sector empresarial y en contra del trabajador, lo que pone a éstos, en una clara indefensión.
En una situación de normalidad, esta huelga estaría justificada por la pérdida de derechos del trabajador, pero conociendo las relaciones que existen entre los sindicatos y el Gobierno, el trabajador desconfía por la poca credibilidad que la merecen en los momentos actuales los sindicatos, a pesar de que éstos exigen más derechos para los trabajadores, posicionándose en contra de las facilidades que se le van a proporcionar a los empresarios, por la citada reforma.
